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50 sombras de Grey (o por qué todas queremos someternos a Christian Grey)

by • 22/04/2014 • Franeleo intensoComments (0)2389 •

Amor: 100%

Sexo: 100%

Literatura: 100%

Cincuenta sombras de Grey

Summary:

 

Un boom literario que se sostiene sobre el amor para siempre y el orgasmo perfecto. ¿Todavía nos preguntamos por qué “50 sombras de Grey” es el libro que ninguna mujer puede dejar de devorar una vez que lo tiene en sus manos?

La joven y virginal Anastasia se ve inmersa en un mundo de lujuria, sexo furioso, kamasutra variado y orgasmos interminables junto a un hombre que lo tiene todo y lo controla todo, el carismático e irresistible, Christian Grey.

Ahora, ¿por qué nos liquidan esos ojos grises que se encienden cuando quieren sexo del duro? En mi humilde opinión, E. L. James, su autora, da en el clavo respecto a lo que las mujeres quieren -o la mayoría para evitar generalizar-: un poco de amor eterno que venga adosado a un cuarto rojo dotado cual sex shop.

Se entremezcla ese deseo del príncipe azul sobreprotector y devastado ante la idea de perdernos con el hombre que entre vibradores y el mejor sexo nos alucina. Promete llevarnos a lo más cerca de la cornisa posible. Christian es esa mezcla de miedo, fascinación y lascivia.

50 sombras de Grey” está justo ahí: en medio de juegos sexuales, orgasmos de los buenos, lo improbable, lo moralmente desechable, la excitación de lo prohibido y la atracción carnal más química.

Pero más allá del mejor sexo, acabar juntos promedio dos veces por día y una vida llena de lujos… ¿Por qué es tanto más atrapante que una simple película erótica o porno?

“50 sombras…” pone sobre el tapete que hasta el más pervertido de los humanos puede volverse un ser amoroso y padre ejemplar. Hasta el más desviado de los hombres es adaptable cuando encuentra alguien que considera que vale el cambio. Y claro que todas queremos ser la que lo vale.

Junto a Christian Grey queremos vivir esa historia de amor+sexo, ambos de forma increíble y extática. El encanto del enamoramiento salpimentado con fustas, corbatas de seda y dilatadores anales.

Pensemos a “50 sombras…” como una suerte de revival de Disney porno: La princesa que vivió por siempre feliz y que cada tanto entra a la habitación roja del dolor de su castillo a experimentar el placer del cuero sobre su piel.

Besos suaves y sexo duro: una fórmula que derrite a más de una.

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