¿Alguna vez ratoneaste con jugar a ser otro por un rato? A la hora del sexo, seguramente muchas veces pensaste con aprovechar un traje caliente para darle a tu pareja un momento de placer distinto. Una buena opción para salir de la rutina y deleitarse con algo nuevo. Paso a paso, ¡te damos todas las claves!
1- ¿Dónde buscar?
Las casas de disfraces son las que más tienen, pero no son la única opción. Podés encontrar también prendas en los locales de lencería, sex shops o en la web. Y si tu fuerte es la creatividad, armalo con lo que tenés en casa. Con un sombrero o una pollera o un pantaloncito de cuero o unas botas o simplemente, con maquillaje, podés transformarte en un personaje porno.
2- Para mimosas, los trajes de gatitas o de conejitas es la mejor opción.
Vestirse de bomberos, de policías o de vaqueros también son clásicos que nunca fallan. También se puede salir de lo común y optar por otros como jugar a ser azafata, aeromozo, piloto, obrero de construcción, artista de rock, jugador/a de fútbol… En fin, la lista de disfraces no tiene final ni tabúes.
3- Si siempre van a lo seguro, los disfraces te salvan
Tu pareja amará tu inventiva para renovar sus relaciones. Prepará todo cuidadosamente y pensá siempre en el otro para sorprenderlo con con algo que pueda disfrutar. ¡Podés también armarle un disfraz para tu pareja!
4- Ambientá el lugar.
Podés prender velas, sirenas, luces de colores, música y hasta armar con escenografía el momento ideado.
5- Está clarísimo que cuanto menos ropa, mejor.
Las mujeres son las que se suelen animar a más y tientan cuando juegan a ser otras, pero los hombres también pueden entrar en el juego. Las posibilidades son infinitas. Lo primero: la imaginación. Pensá en qué te calienta a vos y a tu pareja y listo.
Lo fundamental es comerte al personaje: creetelá, hablá como él, actuá como él y hacé gozar a tu pareja como nunca.
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