Sabemos que los dibujos en la piel datan de miles de años. Ancestrales, míticos, únicos, los tatuajes tienen una simbología muy especial para cada persona que lo porta en su piel.
La persona tatuada más antigua encontrada en la historia es una sacerdotisa egipcia llamada Amunet, adoradora de Hathor, diosa del amor y la fertilidad. Oriunda de Tebas, Egipto, sus tatuajes eran líneas simples con puntos y rayas a lo largo y ancho de su cuerpo.
Así como cada zona erógena del cuerpo tiene su particularidad, los tatuajes son un accesorio más en la piel que para muchos resulta un gran atractivo erótico. Cada dibujo en sí puede resultar un ornamento hot para uno mismo y para la pareja también.
Hay espacios del cuerpo que resultan más calientes que otros como el pecho, la parte alta del abdomen, arriba de la cola, al costado de la panza y la nuca.
¿Y los más porno? Los genitales (la vagina, el pene y el ano) son más comunes de lo pensado y los más dolorosos. No así las nalgas ya que al no tener hueso y sí más grasa, no se siente tanto dolor a la hora de tatuarse.
Para cada uno de los casos, es clave estar bien seguros de la decisión antes de comenzar. Los más comunes son en negro y en pequeños tamaños como estrellas, corazones o frases ya que son más económicos, fáciles de disimular y no suelen ser tan dolorosos.
Si no estamos tan decididos, una buena alternativa previa al definitivo es dibujarlo en henna, una tinta negra no permanente de origen vegetal.Una vez tomada la decisión, es clave encontrar un profesional que cumpla con todas las normas de higiene especiales. Todos los productos deben ser descartables. Y cuidado: prestar atención a la cuestión de alergia a las tintas.
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