Cuando el momento caliente termina, pudimos llegar al orgasmo y tuvimos una noche de sexo genial, lo que suele suceder después es que nos da un sueño profundo o unas ganas de comer voraz. ¿Por qué sucede esto?
Lo cierto es que tener sexo tiene una exigencia muy alta a nivel corporal. Al tener una relación sexual, todos los músculos están comprometidos y la atención está en poder llegar al final. Además hay una gran energía en el corazón y en lo emocional.
Cuando se descarga orgásmicamente, luego de la eyaculación o no, se pasa a una etapa de resolución en el que el cuerpo se relaja por completo. Y es por esta razón que muchas veces el sueño se apodera del organismo y hay una sensación inmediata de dormir. Es algo que sucede en su mayoría en los hombres.
Otras personas necesitan de regenerar esa energía, lo que lleva a tener hambre de forma instantánea. Esta etapa posterior al sexo puede impedir un nuevo acercamiento. Para evitar esto, la clave es poder hablar si es algo que realmente incomoda o simplemente, dejar que todo fluya. Después de una siesta o comida, siempre se puede seguir.
Y a vos, ¿qué te pasa después del sexo?
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