Con la gran presencia del sol y el buen tiempo, las plantas se ven más radiantes, llenas de flores y pintan de colores todos los paisajes. La primavera es una estación donde la naturaleza se renueva y también nuestras emociones y sensaciones. El sol aporta toda su energía brindando vitalidad y así aparece una gran sensación de bienestar y felicidad. Y por esa razón, muchas veces se denomina a la primavera como la «estación del amor«.

«Los humanos también somos bichos estacionales”, señala el doctor en Biología e investigador del CONICET Diego Golombek en una entrevista publicada en la revista Cielos Argentinos. “Si bien no se conoce exactamente el mecanismo por el cual la luz solar cambia el estado afectivo –cuenta Golombek– se sabe que hay cambios químicos en áreas específicas del cerebro que tienen que ver con esto. Al cambiar el estado afectivo, hay una mayor tendencia a sociabilizar, lo cual suele cerrar un círculo virtuoso que nos pone aún de mejor humor. Es, entonces, una combinación de cambios biológicos y socioculturales”.

Si bien no existen muchos estudios científicos sobre qué es lo que le pasa al cuerpo en la primavera, sí se pudo vislumbrar que muchas personas experimentan un estado de optimismo gracias a la luz del sol y a la renovación de la naturaleza. Esto brinda un aumento en las ganas de salir, conocer nuevas personas y en muchos casos, el deseo sexual también. Esto sube las ganas y el entusiasmo por encarar nuevas relaciones sexuales. 

La verdad es que a diferencia de los días lluviosos y fríos del invierno, la primavera se destaca por largas tardes de sol y noches cálidas que llevan a querer salir más. Esto brinda mayor apertura a tener citas y encontrarse con nuevas parejas. Por esto, podríamos decir que la primavera es la estación del amor y porqué no, comenzar a disfrutarla. Así que, ¡salgamos, paseemos, interactuemos, gocemos día a día!