Con principios del yoga, el sexo tántrico permite una conexión tanto física como espiritual más intensa entre las personas que lo practiquen. Si se lleva a cabo bien, los orgasmos pueden llegar a sentirse como vibraciones a lo largo de todo el cuerpo.
Para lograrlo, es necesario tener relaciones de forma bien consciente para fortalecer la sensibilidad de cada uno y acentuar la energía hacia el goce pleno.
Hay algunas parejas que suelen realizar este tipo de sexo con un previo período de abstinencia para que el encuentro sea con más fuerza pero no es una condición para realizarlo.
En primer lugar, prepará una atmósfera agradable con velas, luces bajas, aceites, cremas y música. Una vez que esté todo listo, hay que dejarse llevar por el ritmo de la respiración.
Sentate frente a frente con tu pareja y comenzá a respirar pausadamente y sincronizada la otra persona. En cuestión de minutos, si tu mente está concentrada en la respiración, los pensamientos bajarán al cuerpo y estarán en un estado de meditación.
El segundo paso es explorar el cuerpo del otro con movimientos lentos y suaves. Después, tocate y acariciá tus propias zonas erógenas. Descansen por unos segundos y vuelvan luego a la carga. Recuéstense uno junto al otro, mírense a los ojos y bésense sin tocarse. Sigan el ritmo de la respiración.
Sin vueltas ni apuros, pueden pasar a la penetración con ayuda de lubricantes íntimos y juguetes si lo prefieren. Este paso no debe tomarse como un objetivo, sino como una etapa más del sexo tántrico.
Todo el encuentro puede llegar a durar unas dos o tres horas para que sea realmente efectivo. Sólo es para disfrutarlo y sentir la buena energía junto a tu pareja.
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