Al menos una vez en la vida sexual, pasa. Las razones son múltiples: para terminar con el encuentro, para satisfacer al otro o simplemente para que terminar con la insistencia o para facilitar el orgasmo.
Siempre se dice que son las mujeres las que más fingen los orgasmos, pero lo cierto es que los hombres también lo hacen. Sobre todo durante la penetración, ya que la ausencia de eyaculación está disimulada.Lo cierto es que si es por una causa noble, los expertos expresan que es saludable hacerlo. Un buen final no le hace mal a nadie. En cambio, hay que tener en cuenta cuando el orgasmo fingido tapa incompetencias o males de pareja o salud.
A veces la mentira empieza tapando una necesidad, pero si después no se trata el real problema, puede derivar en un gran círculo vicioso.
Para evitar eso, la clave es tener una buena comunicación con la pareja y contarle el problema. Y si no nos animamos, podemos hacerlo con algún amigo/a o una persona de confianza. Eso nos brindará herramientas para superar si es un problema profundo, pero si es algo para salir del paso, un orgasmo fingido no es tema de qué preocuparse. ¡A gozar!
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